Sunday, December 18, 2011

LA OTRA CARA DE... ALGOVÁN

Iniciamos nueva sección, en la que Nériox nos va a ofrecer datos que hasta ahora desconocemos de nosotros mismos… Si tenéis especial interés en que escriba vuestra ficha, solo tenéis que solicitarlo.

Todos tenemos un pasado. Sí, nuestro presente no es más que el recopilatorio de nuestro pasado. Y este pasado puede ser como Sinama Pongolle: oscuro y pavoroso. Mas nunca debemos renegar de él, puesto que nos define. Así que, con vuestro permiso, me concedo el honor de desenmascarar todos y cada uno de vuestros pasados. Y hoy comenzaré por desvelar uno muy misterioso: el de Algován.

Todos conocemos a Algován, más allá de preguntarnos si su nombre se acentúa en la última o la penúltima sílaba, o de buscarlo en el Google para que éste amablemente nos señale: “quizás quisiste decir algodón”. Es un chico tranquilo, dúctil, atento y disciplinado. El típico compañero de colegio al que le puedes pedir sin riesgos la goma de borrar. Lo que ya no sabéis de él, os lo relataré a continuación.

Algovan creció en un ambiente de alto voltaje zaragocista. Su familia al completo rezumaba historia del Real Zaragoza por cada uno de sus poros, y él absorbió este ADN sin dejar ni un nucleótido. Se sabe de memoria títulos, himno, color de la camiseta, edad de los jugadores, altura, novia actual, marca de gomina o crema depilatoria, y declaración de la renta. Es tan zaragocista, que al futbolín siempre coge los blancos, los rojos le dan grima. Disfruta sanamente de una tarde en la Romareda insultando al trencilla de turno tanto como Agapito quebrando empresas. Sus amigos le llaman Ricardo; por su Corazón de León (un león que llegó a destrozar con sus garras una camiseta de Marco Pérez que compró en el momento de su prometedor fichaje)

Amante del cine negro, e incondicional de Tarantino, formó un grupo de amigos, al estilo de “Reservoir Dogs”: el señor verde esmeralda, el señor carmesí, el señor azul Prusia, y el señor fucsia (de profesión estilista). Con ellos pretendía secuestrar a Agapito, atarlo a una silla, y condenarlo a escuchar a Ramoncín, Pimpinela, Mojinos Escocíos y el himno del Real Zaragoza (el cual, Agapito, no soportaba). Mientras tanto, decidió en su lucha sin cuartel, que combatiría este mal por todos los medios, de ahí la existencia del extraordinario “Rincón Zaragocista”, nombre que le vino por su adicción durante un breve periodo de tiempo a callejear por ciertos rincones de Zaragoza. Suponemos que le traerían gratos recuerdos de esos córners transformados en gol por un gran héroe del zaragocismo: Xavi Aguado.

Lo que la gran mayoría desconoceréis son sus planes de futuro… Algován pretende convertirse en el próximo presidente del Real Zaragoza, por lo que ha empezado a recaudar fondos, pues Agapito dijo que sin perricas no se iba… por ello se dedica a suplantar a los niños del Domund por el bien del Zaragocismo.

La próxima semana sabremos algo más sobre… un tal CRIMSON.

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