Pasada la semana de parón por compromisos internacionales retornó la liga sin sorpresas, un Barcelona muy superior que se impuso al Real Zaragoza y eso que los hombres de Aguirre se les vio con las ideas claras, mantener la línea de 4 en la defensa y a 5 metros por delante otra línea de 4 evitando que la zona de creación del Barça se sienta completamente cómoda, pero a este equipo le da lo mismo, con subir los laterales y mover a los interiores crean los espacios para encontrar sus oportunidades.
Así que salvo Lafita no hubo sorpresas, el Real Zaragoza empezó con Roberto bajo palos, Paredes Mateos, Lanzaro y Efraín en la defensa, Ponzio y Meira en el doble pivote, Juan Carlos y Barrera en bandas y Luis García y Postiga en las posiciones más adelantadas.
Y es que contra el Barça es muy difícil jugar, por calidad, por presupuesto, el año que viene otros 130 millones más por las televisiones para que puedan seguir mejorando la plantilla, y por otros factores que suelo evitar nombrar, pero sigo sin entender que tras dos controles con la mano del mismo jugador y tras alguna que otra entrada llamativa, las amarillas hayan ido a parar al mismo lado. Aún así, el conjunto maño replegando líneas intento contener al conjunto catalán. Y no lo hizo mal en la primera parte, salvo dos despistes defensivos, bueno realmente tres, que hicieron que Puyol fallara con Roberto vencido y que Piqué y seguidamente Messi consiguieran convertir sus ocasiones. Era cuestión de tiempo y tras la primera parte, el 2-0 ya se reflejaba en el marcador.
En el segundo tiempo más de lo mismo, Aguirre quiso probar con Micael y Lafita en lugar de Barrera y Luis García, pero otras dos empanadas defensivas y otros dos goles, de Puyol, que en otro desbarajuste de marcajes remata en dos ocasiones hasta que el balón entra en la portería, y de Villa en un mal despeje de Mateos que luego en vez de evitar el pase, se desentiende de la jugada reclamando el saque de puerta. 4-0 y a pensar en el Sevilla en casa. El único dato positivo, es que Abraham, tras estar fuera de los terrenos de juego un par de meses, jugó los últimos 10 minutos del encuentro.
Por cierto, en una de esas misteriosas manos que según pone en el reglamento arbitral, siempre que se piten es amarilla, salvo para determinados equipos, Micael fue amonestado y se perderá el próximo partido de liga al sumar su quinta.
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